Muchas veces oramos pidiendo cosas, muchas de ellas para nuestro propio beneficio y no es que este mal eso, pero, el énfasis que le damos es lo que deberíamos de cambiar. Pasa que muchas veces nos olvidamos de que, la oración más que un medio de pedir cosas o favores especiales como la sanación de un ser querido enfermo o mejorar nuestra situación económica y, en este tiempo de pandemia, protección sobre nuestras vidas y familiares; es para tener una comunión con el Señor.
En el Antiguo Testamento lo que dividía al pueblo de Israel de Dios era un velo, que se encontraba en el Lugar Santísimo. En ese lugar solo podía entrar el Sumo Sacerdote luego de ofrecer un sacrificio y ser limpio de todo pecado, cualquiera que entrare aparte del Sumo Sacerdote caía muerto en el acto.
Pero cuando Cristo vino, el cumplió el plan de Dios aquí en la tierra (el morir en la cruz y resucitar al 3er día) ese velo fue rasgado, simbolizando que Dios está para todo aquel que cree en él. Ya no es necesario una persona “especial” que esté delante de Dios para hablar y tener comunión con él.
Pero… ¿Qué pasa cuando tenemos comunión con el Señor?
1. Lo conocemos
Esta es la razón para la comunión… conocer a Dios.
Job decía lo siguiente: “De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven” (Job 42:5)
La oración nos ayuda a conocer a Dios.
2. Al conocer a Dios conocemos su plan
Formamos parte de su propósito y él nos muestra su plan para cumplir ese propósito.
“Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tu no conoces” Jeremías 33:3
El Señor nos hace saber de sus planes, nos muestra y nos encamina hacia la realización de esos planes.
3. A partir de entonces, solo queremos cumplir ese propósito
Inclusive el Señor Jesús a pesar de su divinidad, tenía comunión con el Padre, con Dios. (Mr. 1:35).
Antes de comenzar su ministerio, tuvo un tiempo de oración a solas (Lc. 6: 12-13). A pesar de quien era él, necesitaba y quería la presencia de su Padre. ¿Cuánto más nosotros que somos pecadores, caídos por naturaleza y alcanzados solo por la gracia de Dios?
“Jehová cumplirá su propósito en mi” (Sal. 138:8). Este Salmo es una promesa certera de que Dios cumplirá su propósito en nuestras vidas y para ello debemos estar en perfecta sintonía con él.
4. Conocemos su voluntad
Cuando tenemos comunión con el Señor sucede sólo una cosa, lo conocemos como mencionamos anteriormente, eso quiere decir que conocemos su voluntad. Y eso es lo que pide realmente de nosotros en Mateo 6:33 cuando Jesús nos exhorta a buscar primeramente su Reino y las demás cosas serán añadidas.
En este tiempo que estamos pasando, de crisis e incertidumbre, buscar la presencia del Señor es vital. Si nos deleitamos en él tenemos la firme palabra del Señor que las peticiones de nuestros corazones serán cumplidas.
“Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón.”
Sólo debes empezar, te animamos a tener la hermosa experiencia que la oración nos ofrece.
¡CREELO Y PRACTICALO!
Por Samuel Pereira